Los amores efímeros es una novela en la que
el protagonista pertenece a esa clase de personas que siempre van
buscando el amor absoluto y definitivo. Es él quien nos cuenta,
con un humor lúcido, y a ratos desalentado, sus historias
sentimentales: los románticos idilios adolescentes, su primer
noviazgo, los despendolados devaneos universitarios y los mucho
más cautelosos amoríos de los comienzos de la edad
adulta. Al lector le puede sorprender la facilidad con que su apasionado
corazoncito se rinde a los encantos de las féminas, la conmovedora
candidez que le impulsa a cerrar los ojos y a lanzarse de cabeza
a una nueva aventura. Esta firme disposición de ánimo
le procurará sin duda algunos laureles y también cierto
número de sufrimientos y desengaños.
El autor advierte al lector que algunos episodios
de este libro tienen un ineludible contenido erótico, que
él ha intentado narrar con especial reserva y moderación,
evitando palabras y expresiones enojosamente indecorosas. Asimismo,
desea aclarar que, aunque él y el protagonista de la novela
nacieron en la misma época y comparten profesión,
estudios y algunas experiencias más o menos desafortunadas,
su deber es pedirle al lector que no caiga en la ingenua tentación
de identificarle con su personaje.
(Dicho esto, también confiesa que no sería
acertado afirmar que nada de lo que aquí se cuenta le sucedió
jamás al autor).
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