Voces remotas es un conjunto de catorce relatos que
se dedican a unos personajes que viven en los vastos territorios
de la España vacía, en pueblos perdidos, apartados,
de espaldas al mundo. En zonas de montaña o en llanuras cerealistas
y pinariegas, por donde tantas veces ha paseado el autor su mirada.
Son solterones, crápulas irredentos, viudos, mujeres y hombres
divorciados que tienen el denominador común de un apego que
a simple vista puede parecer irracional a esos lugares tan poco
hospitalarios.
En unas ocasiones los cuentos parten de un conflicto
pasado hace mucho tiempo que, de pronto, reaviva sus rescoldos;
en otras, los personajes se asientan en la ciudad, pero mantienen
vínculos afectivos con esos lugares remotos en los que pasaron
su infancia o buena parte de su vida y a los que parecen estar atados
por un hilo invisible. Así, el territorio se convierte en
el protagonista que determina sus vidas y el que da unidad literaria
a unas historias que a simple vista parecen independientes entre
sí.
Escrito con la agilidad que caracteriza a Ignacio
Sanz, deudor confeso de la narración oral, este libro da
voz, a menudo desde la primera persona, a unos individuos apenas
visibles socialmente, que se mueven entre la sutileza, el desapego,
la intriga y la pasión. Y que sienten la necesidad de comunicarse
con el lector para transmitirle las aflicciones de una existencia
que transcurre monótona, entre la desorientación y
la precariedad. Unos personajes con los que, aunque a simple vista
lejanos, guardamos muchas similitudes.
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