La estirpe de Velarde es una novela-homenaje
a los revolucionarios liberales del siglo XIX, inventores del término
«Patria», usurpado por sus enemigos fernandinos, esos
que gritaban: «¡Vivan las cadenas!, ¡Muera la
libertad!» Enmarcada en la estética de la Nueva Novela
Histórica, trata del enfrentamiento entre 1808 y 1814
de dos concepciones de España, del que, tras doscientos cinco
años de mentalización imperial-nacionalista, nos ha
llegado una única visión: la oficial, la de los vencedores,
la formada por arrastre, sedimentación y acumulación
ideológica. Pero los afrancesados también eran españoles
y, por supuesto, lo eran los liberales, los forjadores del concepto
Patria, tan extravagante para los serviles, quienes vestidos
con uno u otro ropaje, guerra tras guerra, violencia tras violencia,
fosa tras fosa, se perpetuaron en el poder hasta el presente.
Mariana, personaje parcialmente inspirado en la capitana guerrillera
Martina Ibaibarriaga, malvive en el destierro parisino junto a su
esposo Adrián Barbarrubio, segundo de a bordo en la
ficción del guerrillero cántabro Juan López
Campillo.
La obra no se limita tan solo a mostrar la evolución
novelesca de sus personajes, sino que se aventura por los repliegues
históricos y da la palabra a figuras como Goya, Palafox,
Mor de Fuentes, José María Lanz, Lorenzo Calvo Rozas,
Agustín Betancourt, Godoy, Napoleón, José Bonaparte,
etc., en escenarios tan variados como Cádiz, Madrid, Segovia,
Cantabria, Córdoba, Sevilla, San Sebastián, Zaragoza
y París.
La novela ofrece una panorámica global del
conflicto armado Guerra de la Independencia desde una
perspectiva transformadora, heredera de la Revolución Francesa.
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