Polifemo en Sicilia es, en realidad, dos libros
en uno: una novela y un libro de poesía.
La primera cuenta la insólita relación
entre Angélica, la joven protagonista, y Abel Santaolalla,
un veterano poeta madrileño que ha dado a la imprenta media
docena de libros. Un autor poco conocido, pero con la fama suficiente
entre sus lectores como para no arrastrarse por los cafés
de la capital ofreciendo sus obras a los parroquianos.
El segundo es un conjunto de 26 poemas que el propio
Santaolalla escribe con las impresiones que le produce un viaje
a Sicilia.
Precisamente en ese viaje, que emprenden juntos sin
que el poeta lo sepa, porque Angélica lo plantea a sus espaldas
y hace que el encuentro en la capital italiana semeje una casualidad
del destino, se desarrolla una relación entre el escritor
y su joven admiradora, que consigue que cada uno de ellos cambie
la visión que tiene de la existencia.
El autor recurre a la técnica literaria del
«manuscrito entregado», lo que le lleva a tomar con
maestría inusual la voz femenina en el relato.
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