Moby Dick es el mar y su esencia, la brisa misteriosa,
la respiración del océano, una ruta, una persecución
obsesiva. La misma obsesión que ha llevado a José
Ramón Sánchez, Premio Nacional de Ilustración,
a navegar durante 16 años en la novela inmortal de Melville.
Nueve meses de trabajo le ha supuesto esta novela gráfica,
resuelta en 176 páginas y 642 viñetas en blanco y
negro en las que se aprecia la mano del artista y el diseño
del cinéfilo. La mano ciñó el humilde lapicero
y trabajó, incansable, para hacer realidad en blanco y negro
el sueño que tenía el artista desde la infancia: ilustrar
un cómic.
«Era un sueño porque el talento natural
no me daba para ello. Tampoco, a los setenta y nueve años,
el talento había madurado tanto como para atreverme por vez
primera. De octubre a noviembre de 2016 me atrapó una fiebre
que me dejó exhausto: una maqueta con viñetas y textos
en los que volví al año 2001, a la tragedia ballenera
de Moby Dick.
Este Moby Dick de ahora es la pequeña
cima de una obsesión enfermiza, la del marinero que llega
a Nantucket, que se embarca en el Pequod, que persigue a la ballena
blanca, que se salva por los pelos gracias al ataúd de Quiqueg,
que es recogido por el ballenero Raquel y vuelve a contar la historia
otra vez más».
Para su edición Valnera ha creado el sello
Valnera Gráfica y ha firmado un contrato de coedición
con Panini (en concreto con su sello eVolution). La multinacional
italiana adquiere con carácter exclusivo los derechos de
reproducción, distribución, transformación,
comunicación pública y puesta a disposición
de la novela gráfica para su explotación comercial
en lengua castellana, en todas y cada una de las lenguas oficiales
españolas y para los países de habla hispana, excepto
la Comunidad Autónoma de Cantabria, donde la editorial Valnera
será la responsable de su distribución y venta.
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