Esta es la primera obra escrita y pintada por José Ramón
Sánchez tras recibir el Premio Nacional de Ilustración
2014. En ella retrata con la pluma y el pincel dos momentos de drama
humano, casi seguidos en el tiempo: la gran depresión americana
y la guerra civil española.
En palabras de Guillermo Balbona, «En esta crónica
documental y en su reinvención cabe el dolor y la esperanza,
pero sobre todo asoma la necesidad de desnudar la historia, de explorar
la oscuridad para alumbrar las huellas del camino presente. José
Ramón, que ha viajado por mitologías y fantasías,
que ha ahondado en las travesías de la ficción, se
detiene en las cicatrices y tatuajes de las tragedias más
globales y más íntimas. Retrata el drama social pero
no se queda en la superficie. Ilustra, o sea profundiza. Impresiona
el resplandor y perfila el miedo. Describe el vértigo y recrea
una experiencia, un descenso al infierno, una bofetada de empatía,
complicidad y conmoción. José Ramón, que ha
conocido la fosa más grande, la de la soledad; que ha sobrevivido
a la enfermedad; y que se ha dado de tortas con el dolor no es ni
complaciente ni testimonial. Sus tablas y retratos nos obligan a
mirar atrás para mirar de frente. Revela las sombras entre
las luces oficiales y lanza una llamarada de dibujo, color y pintura
que es la mejor forma de estampar lo humano, siluetear las fechas
y apelar a los sueños. José Ramón enciende
la memoria con voces de luz, trozos de alambrada, destierros, trincheras,
pobreza y resquicios de ilusión. La suya es la mejor distopía:
la de la expresión que mantiene alerta el sentido de la libertad,
el grito que revela y rebela, el aliento que nos mantiene humanos».
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